Gracias. Es lo primero que se nos
viene a la cabeza cuando pensamos en nuestra acogida por parte de todo el
I.E.S. Sabemos, por otros compañeros, que no siempre es fácil hacerse un hueco
en los centros cuando eres “el de prácticas”, pero en este sentido, en Tineo se
han superado con creces nuestras expectativas.
Gracias en
especial a nuestros tutores Chema y Guillermo por ponérnoslo tan fácil y hacer
de esta experiencia algo aún más enriquecedor. Gracias a los alumnos por su
entusiasmo y por su implicación, por sus gritos por los pasillos (“¿hoy tienes
con nosotros?”) y por hacernos saber que querían que estuviésemos ahí. Gracias
al resto de profesores por hacernos uno más y a Nacho, el cabeza de familia,
cuya acogida no pudo ser más cercana.
Resulta
curioso volver a tu centro después unos años y esta vez desde el otro lado. Ver
caras conocidas, gente que aún se acuerda de tus andaduras, alumnos que
recordabas como niños. Haciendo balance nos acordamos ahora de los nervios del
primer día, la inseguridad que cómo sería enfrentarse a una clase real, la duda
de “llego y… ¿dónde me siento”?, y parece que ahora que le habíamos cogido el
gusto a esto toca despedirse.
Desde esta
nueva perspectiva nos hemos dado cuenta de la cantidad de trabajo que hay detrás
que no ves como alumno, y también de que hay mejoras, muchísimas. Y eso, desde
tu sentimiento de antiguo alumno te enorgullece. Queremos resaltar la inmensa
labor emprendida por el programa bilingüe, ya que nos ha tocado de cerca, y el
gran camino que se ha recorrido en los últimos años en este sentido. Nuestra
más sincera enhorabuena a todos los implicados en el programa, tanto alumnos
como profesores. Hemos comprobado en primera persona que los elogios que recibe
el instituto en este aspecto son más que merecidos (debemos mencionar que en la
Universidad de León, en una de nuestras clases se ha puesto como ejemplo en más
de una ocasión)
Por otra
parte, también hemos tenido el placer de formar parte de experiencias como el
intercambio con Boston o las jornadas de convivencia, que han contribuido más
aún a nuestra integración e implicación con el centro.
Pero no todo
ha sido trabajo, también cabe resaltar la hora del café o las horas libres
compartidas, en las que creemos que hemos estado a la altura. Ahora,
poniéndonos serios, el ambiente no ha podido ser mejor tanto dentro como fuera
del aula.
Creemos que
esta experiencia no ha tenido nada que no sea positivo, tanto en el plano
personal como profesional, y que nos ha hecho tener aún más claro que queremos
quedarnos a este otro lado por mucho tiempo.
Sin más, y
antes de ponernos tristes, lo dejamos aquí. Ya que no nos gustan las
despedidas, digamos que será un hasta pronto y no un adiós. Esperamos que
vuestro recuerdo de “los de prácticas” sean tan grato como el que nosotros nos
llevamos.
Marta López,
David Rodríguez
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