(Fuente de las fotografías: La Nueva España)
1/ Usted es licenciada y
doctorada en Filosofía, ¿Siempre tuvo claro que quería estudiar Filosofía?
Siempre tuve claro que quería dedicarme a las humanidades. En segundo de Bachillerato me decidí por esta carrera porque tenía la impresión de que la filosofía iba hasta el fondo de las cuestiones que más me interesaban, de que poseía una profundidad, una capacidad para la búsqueda de sentidos -o sinsentidos- sólo comparable quizás a la de la poesía. La verdad es que empecé Filosofía con la intención de dedicarme después al periodismo. Me gustaba mucho escribir. Sin embargo, al terminar la carrera, la filosofía me había atrapado del todo -también influyó la pasión por el pensamiento que me contagiaron algunos de mis profesores allí. Así que decidí seguir con la tesis doctoral.
Siempre tuve claro que quería dedicarme a las humanidades. En segundo de Bachillerato me decidí por esta carrera porque tenía la impresión de que la filosofía iba hasta el fondo de las cuestiones que más me interesaban, de que poseía una profundidad, una capacidad para la búsqueda de sentidos -o sinsentidos- sólo comparable quizás a la de la poesía. La verdad es que empecé Filosofía con la intención de dedicarme después al periodismo. Me gustaba mucho escribir. Sin embargo, al terminar la carrera, la filosofía me había atrapado del todo -también influyó la pasión por el pensamiento que me contagiaron algunos de mis profesores allí. Así que decidí seguir con la tesis doctoral.
2/ ¿Qué piensa sobre la
opinión de que no es un buen momento para estudiar "una carrera de
letras"?
Llevo oyendo esa afirmación desde que empecé la carrera, hace más de diez años... Las carreras de humanidades proporcionan una formación muy completa a muchos niveles, te permiten adquirir una sólida formación cultural, desarrollar capacidades comunicativas, interpretativas, críticas, etc. Sobre el mercado laboral: las previsiones muestran que el paro será un problema a medio y largo plazo en los países occidentales industrializados. En este contexto, es difícil prever con qué carreras será más fácil encontrar empleo en el futuro -va a ser complicado de todas maneras. Lo que ya está ocurriendo es que es necesario formarse en diversos ámbitos y estar dispuesto a moverse y/o trabajar en diferentes sectores. A mí me parece que lo importante es que cada uno siga sus propios intereses y procure desarrollar sus talentos. Ahí es donde estará más satisfecho con lo que haga y donde sus habilidades serán sus mejores cartas de presentación. ¿De qué sirve empezar una carrera con buenas opciones teóricas de empleabilidad, si, por un lado, cuando se haya terminado la carrera esas opciones pueden haber cambiado; y, por otro lado, uno sufre con lo que hace porque ni le gusta, ni le interesa ni se adecúa a sus talentos?
Llevo oyendo esa afirmación desde que empecé la carrera, hace más de diez años... Las carreras de humanidades proporcionan una formación muy completa a muchos niveles, te permiten adquirir una sólida formación cultural, desarrollar capacidades comunicativas, interpretativas, críticas, etc. Sobre el mercado laboral: las previsiones muestran que el paro será un problema a medio y largo plazo en los países occidentales industrializados. En este contexto, es difícil prever con qué carreras será más fácil encontrar empleo en el futuro -va a ser complicado de todas maneras. Lo que ya está ocurriendo es que es necesario formarse en diversos ámbitos y estar dispuesto a moverse y/o trabajar en diferentes sectores. A mí me parece que lo importante es que cada uno siga sus propios intereses y procure desarrollar sus talentos. Ahí es donde estará más satisfecho con lo que haga y donde sus habilidades serán sus mejores cartas de presentación. ¿De qué sirve empezar una carrera con buenas opciones teóricas de empleabilidad, si, por un lado, cuando se haya terminado la carrera esas opciones pueden haber cambiado; y, por otro lado, uno sufre con lo que hace porque ni le gusta, ni le interesa ni se adecúa a sus talentos?
3/¿ Qué le llevo a escoger
el tema de " La identidad individual en el pensamiento de Hannah Arendt:
de la acción política a la narrativa biográfica" para realizar su tesis?
Las razones son varias. Por un lado, el pensamiento de Hannah Arendt me interesó mucho desde el principio. Es una filósofa judío-alemana del siglo XX, con un fuerte compromiso con la libertad, con un sistema político deliberativo y participativo, con la crítica de las ideologías y los dogmatismos... Por otro lado, la cuestión de la identidad individual me parecía un tema crucial en el contexto actual. En la tesis analizo en qué medida la construcción de nuestras identidades depende de nuestras acciones y de las narraciones que construimos -y otros construyen- sobre nuestra vida. Hannah Arendt era politóloga; para ella, la identidad individual -el quiénes somos- depende en buena medida de cómo intervenimos políticamente, entendiendo "política" en un sentido amplio. En un momento como el actual, en que la política está tan denostada -algunos políticos se lo han ganado a pulso-, está bien volver a leer a Hannah Arendt y recordar que hay muchos modos de expresarse políticamente. Por ejemplo, escribir una carta a un periódico, recoger firmas para una causa que se considera justa, o reunirse con los compañeros para tomar una decisión que concierne a todo el grupo. Todo eso cuenta, porque nos pone en una relación particular con los demás, de colaboración, y porque el poder reside en la colaboración. La unión no hace la fuerza (la fuerza la hacen las armas), sino que la unión genera poder –el poder de influir y cambiar cosas.
Las razones son varias. Por un lado, el pensamiento de Hannah Arendt me interesó mucho desde el principio. Es una filósofa judío-alemana del siglo XX, con un fuerte compromiso con la libertad, con un sistema político deliberativo y participativo, con la crítica de las ideologías y los dogmatismos... Por otro lado, la cuestión de la identidad individual me parecía un tema crucial en el contexto actual. En la tesis analizo en qué medida la construcción de nuestras identidades depende de nuestras acciones y de las narraciones que construimos -y otros construyen- sobre nuestra vida. Hannah Arendt era politóloga; para ella, la identidad individual -el quiénes somos- depende en buena medida de cómo intervenimos políticamente, entendiendo "política" en un sentido amplio. En un momento como el actual, en que la política está tan denostada -algunos políticos se lo han ganado a pulso-, está bien volver a leer a Hannah Arendt y recordar que hay muchos modos de expresarse políticamente. Por ejemplo, escribir una carta a un periódico, recoger firmas para una causa que se considera justa, o reunirse con los compañeros para tomar una decisión que concierne a todo el grupo. Todo eso cuenta, porque nos pone en una relación particular con los demás, de colaboración, y porque el poder reside en la colaboración. La unión no hace la fuerza (la fuerza la hacen las armas), sino que la unión genera poder –el poder de influir y cambiar cosas.
4/¿En algún momento pensó
que podía obtener el premio extraordinario al doctorado?
Era una posibilidad. Pero los premios son algo que puede llegar o no (a posteriori). El trabajo no se orienta a eso.
Era una posibilidad. Pero los premios son algo que puede llegar o no (a posteriori). El trabajo no se orienta a eso.
5/ A muchas personas les
asusta ir a trabajar o a estudiar al extranjero. Usted está trabajando fuera de
España, ¿se ha arrepentido en algún momento de esta decisión?
Al terminar el doctorado tuve que decidir entre quedarme en casa y dejar la filosofía o irme del país y seguir en la filosofía. Elegí lo segundo. He tenido que realizar renuncias. Marcharse no es fácil. La soledad, el desarraigo y la desorientación son duros. Sin embargo, la experiencia de tener que salir adelante en otro país fortalece y enriquece. Seguramente te hace más tolerante con lo tolerable. Pienso que viajar es una manera muy buena de ejercitarse en la empatía, la hospitalidad, la tolerancia y la ciudadanía. Una vez que te has sentido extranjero en alguna parte, eres mucho más consciente de la posición de los extranjeros en nuestro país, por ejemplo.
Al terminar el doctorado tuve que decidir entre quedarme en casa y dejar la filosofía o irme del país y seguir en la filosofía. Elegí lo segundo. He tenido que realizar renuncias. Marcharse no es fácil. La soledad, el desarraigo y la desorientación son duros. Sin embargo, la experiencia de tener que salir adelante en otro país fortalece y enriquece. Seguramente te hace más tolerante con lo tolerable. Pienso que viajar es una manera muy buena de ejercitarse en la empatía, la hospitalidad, la tolerancia y la ciudadanía. Una vez que te has sentido extranjero en alguna parte, eres mucho más consciente de la posición de los extranjeros en nuestro país, por ejemplo.
Volvería a tomar la decisión de marcharme –en realidad vuelvo a tomarla
cada día; así que no, no me arrepiento. Sin embargo, encuentro triste e injusto
que nuestro país se haya vuelto tan inhóspito para los jóvenes que buscan
trabajo; y en particular para los investigadores y científicos, cuando pienso
que éstos son pilares básicos para el desarrollo a largo plazo.
6/ Ha
escrito una publicación sobre " La muerte en la ciudad: una reflexión
filosófica sobre el modo actual de morir. Eikasía.", ¿por qué este tema?
¿Qué le llevo a escribir sobre la muerte?
Al terminar la tesis doctoral empecé a trabajar sobre el tema de la muerte.
Es un tema muy propio de la filosofía. Mi interés nació de una experiencia
personal –no puedo sentirme concernida con un tema de estudio si no es a través
de la propia experiencia. Empecé a preguntarme cuál era la función que podía desempeñar la filosofía ante el hecho de la muerte
(por ejemplo, si la filosofía podía representar algún tipo de consuelo). Poco a
poco, la investigación fue llevándome hacia un estudio del modo en que la
sociedad contemporánea gestiona la cuestión de la muerte, es decir, el hecho de
que la enfermedad y el final de la vida se organicen médicamente, sobre todo en
los hospitales, etc. Me ha interesado analizar los cambios que se han
producido, a este respecto, con relación a sociedades pre-modernas o
tradicionales. Un cambio importante es que han aparecido nuevos “lugares” de la
muerte: ya he mencionado el hospital, pero también han aparecido los
tanatorios, y la última novedad son los “cementerios virtuales”. En relación
con esto, me interesa mucho cómo construimos –a nivel privado y público- la
memoria de las personas que han muerto, y cómo nos seguimos relacionando con
ellas mediante esa memoria, que no es algo estático, sino que cambia con el
tiempo.
7/ Se
encuentra trabajando en una universidad extranjera, ¿ve viable que en el futuro
pueda dedicarse a la Filosofía (del modo en el que lo hace en la actualidad) en
nuestro país?
Lo veo viable, aunque por ahora difícil. Me gustaría, por varias razones.
Una, obvia, es que ahí siguen estando mi familia, mis amigos y mi casa. Otra,
que me parece justo que sea en el país que ha invertido tanto en formarme donde
se queden los frutos de mi trabajo. Y una más es que la lengua en la que puedo
expresarme mejor, ser más creativa y más precisa en lo que quiero decir, sigue
siendo el español. Trabajo habitualmente en inglés y en alemán, pero nada de lo que
escriba en estos idiomas podrá tener la calidad expresiva de lo que escribo en
castellano. Me ha costado mucho tener que renunciar –parcialmente, pues sigo
escribiendo en castellano- a una lengua con una tradición tan importante,
perfectamente capaz de ser vehículo de la filosofía, la literatura o cualquier
otro saber.
8/
Filosofía es una carrera de la rama de Humanidades, ¿considera que las carreras
de Humanidades se encuentran infravaloradas con respecto a las carreras del
ámbito científico-tecnológico?
La filosofía se suele clasificar en el ámbito de las humanidades, pero
incluye áreas como la lógica o la filosofía natural, muy próximas a las
matemáticas o las ciencias naturales. Yo me he inclinado más por la vertiente
humanística, pero hoy en día existe también un importante campo de trabajo en
la otra vertiente. Hecha esta aclaración, un ámbito en que las carreras de
humanidades se pueden encontrar infravaloradas es: socialmente. Es decir, en el
sentido de que no tiene tanto reconocimiento social ser filósofo como ser algo
del ámbito de la ciencia o la tecnología. Personalmente, que mi carrera me
aporte a mí poca relevancia social me interesa muy poco. Me parece mucho más
importante dedicarse a algo con lo que te sientas verdaderamente implicado/a,
que tenga sentido para ti, y para los valores que hayas elegido priorizar en tu
vida.
A la hora de pedir becas para estudiar, no importa la carrera que se haga,
sino las notas y otros factores. En el caso de convocatorias públicas, sí es
cierto que las carreras de letras no suelen estar en las áreas prioritarias de
inversión. Está claro que, como pensadores, ni pretendemos hacernos ricos –por
lo general- ni generamos una gran riqueza económica. Nos dedicamos a analizar
la sociedad en que vivimos y a educar. Eso puede resultar incluso incómodo,
pero cumple con una función social básica. Sin embargo, las convocatorias sí
incluyen a las humanidades y las ciencias sociales. Todas las convocatorias
públicas nacionales para científicos –es cierto que no son muchas, pero no lo
son para ninguna área- incluyen un porcentaje apreciable de plazas para
humanistas y científicos sociales. A nivel Europeo existen bastantes opciones
para estos profesionales. Hay que tener en cuenta que las carreras humanísticas
no suelen estar masificadas, así que, aunque la oferta sea algo más baja,
también la demanda lo es.
9/¿ Qué
consejo les daría a aquell@s alumn@s que aún no tienen claro la carrera que
quieren estudiar?
Les diría que piensen en aquello que más les gusta hacer, aquello que les
hace perder la noción del tiempo. Puede ser algo más teórico o más práctico,
puede tratarse de una carrera o de una formación profesional. Que piensen que
dedicarse a algo profesionalmente implica muchas horas de la vida, y que estar
insatisfecho con ello puede hacer infeliz al más fuerte. Mi opinión personal es
que no antepongan intereses de reconocimiento social o económico al elegir una
carrera. Que tracen sus proyectos y que luchen por ellos. Tendrán que incluir
seguramente más de un ámbito de formación, porque las dificultades del mercado
laboral lo exigirán. Ante esta coyuntura, veo muy importante, y os animo, a que
os reunáis, organicéis cosas, creéis redes de apoyo mutuo. Aprovechad muy bien
los recursos formativos a vuestro alcance y, dado el caso, no tengáis miedo a
ir adonde haga falta.
Reportera: Aránzazu Lanas Segurola - 2º BHCS
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